lunes, 5 de febrero de 2018

Paramahansa Yogananda

Paramahansa Yogananda nació el 5 de enero de 1893, en Gorakhpur, India. Su nombre de familia era Mukunda Lal Ghosh. Sus padres eran discípulos de Lahiri Mahasaya. Este gran Maestro fue el instrumento por el que el Kriya Yoga se reintrodujo en la India moderna.

Mukunda buscó a muchos de los sabios y santos de la India, con la esperanza de encontrar un maestro iluminado que le guiara en su búsqueda espiritual. Fue en 1910, a la edad de diecisiete años, cuando conoció y se hizo discípulo del venerado Swami Sri Yukteswar Giri.

Sri ukteswar le dijo al joven discípulo que había sido elegido para difundir la antigua ciencia del Kriya Yoga en América y en todo el mundo .
Después de graduarse en la Universidad de Calcuta en 1915, Mukunda tomó los votos como monje de la venerable Orden monástica de los swamis, momento en el cual recibió el nombre de Yogananda (que significa felicidad, ananda, a través de la unión divina, yoga).

Yogananda comenzó la obra de su vida con la fundación, en 1917, de una escuela para chicos basada en el “arte de vivir”, donde los métodos educativos modernos se combinaban con la formación e instrucción del yoga en los ideales espirituales.

Un día de 1920, mientras meditaba en la escuela de Ranchi, Yogananda tuvo una visión divina, en la que se le mostraba que había llegado el momento de comenzar su trabajo en Occidente. De inmediato partió hacia Calcuta, donde al día siguiente fue invitado a participar como delegado de la India en un congreso internacional de líderes religiosos que se celebraría ese mismo año en Boston.

El joven Swami llegó a Boston en septiembre de 1920. Su primer discurso, impartido en el Congreso Internacional de Religiosos Liberales, trataba sobre “La Ciencia de la Religión”, y fue recibido con gran entusiasmo. Ese mismo año fundó Self-Realization Fellowship para difundir en todo el mundo sus enseñanzas sobre la antigua ciencia de la India y la filosofía del Yoga.

Durante los siguientes próximos años, dio clases y conferencias en la Costa Este de Estados Unidos; y en 1924 se embarcó en una gira por todo el país. Llegó a Los Ángeles a principios de 1925, donde estableció la sede internacional de Self-Realization Fellowship en la cima de Mount Washington, la cual se convirtió en el centro espiritual y administrativo de su creciente obra.

De 1924 a 1935, Yogananda viajó extensamente y dio multitud de conferencias, hablando ante audiencias que colmaron muchos de los más grandes auditorios de América.

Yogananda hacía hincapié en la unidad subyacente a todas las grandes religiones del mundo, y enseñaba métodos de aplicación universal para la consecución de una experiencia directa y personal de Dios. A los estudiantes más interesados en sus enseñanzas les impartió las técnicas del Kriya Yoga, para el despertar del alma, iniciando a más de 100.000 hombres y mujeres durante sus treinta años en Occidente.

En 1935, Yogananda regresó a la India para una hacer una última visita a su gran gurú. Sri Yukteswar que falleció el 9 de marzo de 1936.
Durante el año que duró la estancia de Yogananda en su tierra natal, dio clases y la iniciación en Kriya Yoga en ciudades de todo el subcontinente indio. También mantuvo encuentros con Mahatma Gandhi, quien solicitó la iniciación en Kriya Yoga; con el Premio Nobel de física Sir CV Raman, y con algunas de las más renombradas figuras espirituales de la India, incluyendo a Ramana Maharshi y Anandamoyi Ma.

Fue durante este año cuando Sri Yukteswar le otorgó el título espiritual más elevado de la India, “Paramahansa”. Literalmente “Cisne supremo” (símbolo del discernimiento espiritual), este título se otorga a quien se halla establecido en el máximo estado de unión con Dios.
Mientras estaba en la India, Yogananda aseguró las bases permanentes para su obra allí, Yogoda Satsanga Society of India. Desde su sede central en Dakshineswar (en la rivera del Ganges cerca de Calcuta) y el ashram original en Ranchi, la sociedad sigue creciendo hasta hoy -con las escuelas, ashrams, centros de meditación, y las obras de caridad en todo el subcontinente.
A finales de 1936 regresó a Estados Unidos, donde permaneció el resto de su vida.

Durante la década de 1930, Paramahansa Yogananda comenzó a retirarse algo de sus conferencias públicas en todo el país con el fin de dedicarse a las obras escritas que llevarían su mensaje a las generaciones futuras y a la construcción de una base duradera para la obra espiritual y humanitaria de Self-Realization Fellowship / Yogoda Satsanga Society of India.

Bajo su dirección, la orientación personal y la instrucción que había dado a los estudiantes de sus clases se organizaron en una serie completa de las Lecciones de Self-Realization Fellowship idóneas para ser estudiadas en el hogar.
La historia de la vida de Yogananda, la Autobiografía de un yogui, se publicó en 1946, y fue significativamente ampliada por él en ediciones posteriores. Este best-seller perenne, se ha reeditado continuamente desde que apareció por primera vez y ha sido traducido a más de 30 idiomas. Es ampliamente considerado como un clásico espiritual moderno.

En 1950, Paramahansaji llevó a cabo la primera Convención Mundial de Self-Realization Fellowship en la sede internacional en Los Ángeles -un encuentro de una semana de duración que hoy en día atrae a miles de personas de todo el mundo cada año-. También dedicó el hermoso Santuario del Lago de SRF en Pacific Palisades, que consagra una parte de las cenizas de Mahatma Gandhi en los jardines de meditación de unas cuatro hectáreas junto al lago, el cual se ha convertido desde entonces en uno de los más importantes puntos de referencia espirituales de California.

Los últimos años de Paramahansa Yogananda fueron dedicados en gran parte a permanecer en reclusión, mientras trabajaba intensamente para completar sus escritos – incluyendo sus voluminosos comentarios sobre el Bhagavad Guita y las enseñanzas de Jesucristo en los cuatro Evangelios, y las revisiones de las obras anteriores, como Susurros de la Eternidad y la Lecciones de Self-Realization Fellowship. También trabajó extensamente con Sri Daya Mata, Mrinalini Mata, y algunos otros de sus discípulos más cercanos, impartiendo la guía espiritual y organizativa que les permitiría continuar su obra en todo el mundo después de que él se hubiera ido.

Él les dijo:

“Mi cuerpo pasará, pero mi obra perdurará. Y mi espíritu seguirá vivo. Aun cuando ya no esté, continuaré trabajando con todos vosotros para la liberación del mundo con el mensaje de Dios”.

El 7 de marzo de 1952, el gran gurú entró en mahasamadhi, la salida consciente del cuerpo, en el momento de la muerte física, de un Maestro divinamente iluminado. Acababa de dar un breve discurso en un banquete en honor del primer embajador de la India en los Estados Unidos, el Dr. Binay R. Sen, en el Hotel Biltmore en Los Ángeles.

Su fallecimiento fue marcado por un fenómeno extraordinario. Una declaración notarial firmada por el Director del Forest Lawn Memorial-Park testificó: “Incluso veinte días después de su fallecimiento, no se apreciaba en su cuerpo desintegración física alguna. […] Este estado de perfecta conservación de un cuerpo es, hasta donde podemos colegir de acuerdo con los anales del cementerio, un caso sin precedentes. […] El cuerpo de Yogananda se encontraba aparentemente en un estado de extraordinaria inmutabilidad”.

“Con motivo del vigésimo quinto aniversario de la muerte de Paramahansa Yogananda y por sus profundas contribuciones a la elevación espiritual de la humanidad, el Gobierno de la India le concedió un reconocimiento formal. Emitió un sello conmemorativo especial en su honor, junto con un homenaje que en parte que decía:
“En la vida de Paramahansa Yogananda el ideal del amor a Dios y servicio a la humanidad se manifestó en su plenitud [….] Aun cuando la mayor parte de su existencia transcurrió fuera de la India, podemos contarle entre nuestros grandes santos. Su obra continúa prosperando y refulgiendo cada vez más, atrayendo hacia la senda espiritual a personas de todas las latitudes”.














Fuente: Self-Realization Fellowship


No hay comentarios:

Publicar un comentario